Como viajeros, algunos de los destinos que queremos tildar en nuestra “bucket list” tienen que ver con las islas de Oceanía, y más precisamente la Polinesia Francesa. Estas islas son un siempre un deseo que en muchos casos se transforma en una utopía. Por qué? Pues las playas y sus rincones poco explorados representan también un gasto de dinero muy grande. Es decir, MUUUUUY grande. Pero somos testarudos. Asi que decidimos hacer el viaje de cualquier manera, haciendo una ardua investigación que nos llevara a hacer un uso lo más eficientemente posible de nuestros limitados recursos. Destino imposible? Nunca!
Comencemos
Como mencionamos en otros artículos, nuestro estilo no son los viajes caros. Pero tampoco nos gusta reducir los gastos al mínimo, por lo que procuramos siempre disfrutar de cuestiones apropiadas en cuanto a alojamiento, comida y transporte se refiere. Pues consideramos que estos factores influyen de manera importante en el resultado del viaje.
En estos artículos (porque uno solo no alcanza) vamos a intentar ser lo más explícitos y breves posibles. Intentaremos también describir lo que fue un viaje increíble que nos llevó por cinco islas de la Polinesia Francesa a lo largo de un mes. También contaremos acerca de nuestra investigación previa al viaje, lo cual nos tomó quizás el doble de tiempo.
El viaje
Las islas elegidas para nuestro recorrido fueron Moorea, Bora Bora, Taha’a, Raiatea y Tahiti, en ese orden, las cuales dentro de la Polinesia Francesa representan parte del grupo de las Islas de la Sociedad (Society Islands). Todas ellas nos han maravillado con sus encantos y la diversidad de cosas para hacer. Pero además nos han brindado perspectivas muy diferentes entre sí, que hacen que cada isla tenga una identidad y vida totalmente diferente a las demás.
Las playas de película, el color celeste/turquesa del mar, las aguas cálidas y calmas, el snorkeling y diving en las aguas transparentes. La posibilidad de hacer un tour en 4x4, las altas chances de ver tiburones y manta rayas. El calor incesante incluso de noche y el paisaje de montañas verdes que invitan a una caminata, son las constantes en cada isla. La capital es Pape’ete, la cual se encuentra en Tahiti y es la única ciudad propiamente dicha, pues el resto de los poblados a lo largo de estas islas son villas o comunas. Esta ciudad concentra la mayoría de la población que comprende la Polinesia Francesa, y es el lugar al que arribarán todos los vuelos provenientes de otros países.
Básicos sobre la Polinesia Francesa
Como su nombre lo indica, la Polinesia Francesa es parte de Francia, teniendo los habitantes ciudadanía francesa, y por supuesto el francés como su idioma oficial; sin embargo muchos de ellos hablan también el idioma nativo, el cual es tahitiano (o tahitian). El mismo, posee muchas similitudes con el idioma Maorí y muchas otras islas alrededor de Oceanía, debido al origen de los primeros habitantes. Es habitual encontrar franceses continentales que han decidido ir a vivir a esta parte insular perteneciente a su país, para cambiar de vida; a su vez es muy poco común encontrar polinesios que hablen algo de inglés o español, por lo que la comunicación puede resultar complicada a veces.
Las 118 islas y atolones que comprenden el vasto territorio de la Polinesia Francesa se encuentran divididos geográficamente cuatro grupos. Ellos son: las Islas de la Sociedad (Society Islands), el Archipielago de Tuamotu, las Islas Gambier, las Islas Marquesas y las Islas Australes. Como es de suponer, no es difícil imaginar que es imposible recorrerlos a todos. Además, los medios de transporte disponibles para llegar a las principales islas son pocos, o mejor dicho escasos. En nuestro caso, por cuestiones de transporte, tiempo y dinero, decidimos recorrer cinco islas dentro de lo que son las llamadas Islas de la Sociedad.
El clima es caluroso a lo largo de todo el año, incluso de noche y los mosquitos están presentes en todas las islas. Por lo que es indispensable dormir con tela mosquitera (net) alrededor de la cama o bien el ventilador encendido durante toda la noche. La temporada alta de turismo es entre los meses de mayo y septiembre, lo que nos llevó a realizar nuestro viaje durante todo el mes de abril. Esto nos dió mayor margen para elegir hospedaje y disponer de más comodidades de transporte, debido a que la mayoría de los viajantes eran locales.
Y ahora sí, sin más vueltas te invitamos a que leas nuestros artículos referidos a cada isla, cómo hicimos para movernos entre ellas y reducir costos.
Y como siempre te recomendamos, jamás, o mejor dicho JAMAS viajes sin seguro de viaje. Si no lo necesitas es una buena noticia, pero si lo llegas a necesitar, tenerlo es un alivio. Si todavía no contrataste el tuyo, podes hacerlo aquí!
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